Croacia, un país con encanto
Croacia es un país nuevo, después de una cruenta guerra logró la independencia en 1995. Es un país con mucho encanto, más conocido por sus islas tiene un interior y unos parques nacionales dignos de visitar. Nosotros hicimos un tour un poco distinto a lo que suele visitar la gente normalmente. Hay que tener en cuenta que lo visitamos en noviembre y dejamos las islas para otra ocasión en que las podamos visitar con buen tiempo. Aunque a pesar de ser noviembre tuvimos 20-22 grados todos los días.
Comenzamos visitando la capital, Zagreb. Dividida en dos zonas, la Ciudad Alta y la Ciudad Baja, Zagreb tiene también una zona claramente soviética, casas altas, mas bien feas que reflejan esa época en la que fue la antigua Yugoslavia.
La Ciudad Alta merece un paseo, visitar la plaza Markov, la iglesia de San Marcos y ver el cambio de guardia. Aquí está el Parlamento y la residencia de los virreyes croatas (antiguo palacio presidencial).
No dejéis de ver la antigua puerta de entrada a la ciudad medieval de Gradec, hoy parte de la ciudad-
Siguiendo mas adelante veremos la iglesia jesuita de Santa Catalina y la torre de Lotrscak, desde donde se divisa una bonita vista de la ciudad. Si queréis visitar un lugar curioso, aquí está el Museo de la Relaciones Rotas, el cual alberga objetos curiosos enviado por gente de todo el mundo. Para finalizar podemos descender en funicular a Illica, la calle comercial de Zagreb.
La vida en la Ciudad Baja está en la plaza Trg Josipa Jelacica, es el centro de todo. Está rodeada de terrazas, cafés y puestos de salchichas y cerveza. En la ciudad baja se aprecia el pasado astrohúngaro de la ciudad, jardines, palacetes y preciosos edificios con las fachadas un tanto descuidadas. No podéis dejar de visitar El Explanade, un precioso gran hotel de la época del Orient Express. Construido en 1924 para alojar a los viajeros del lujoso tren, decoración art decó, mucho mármol y escaleras y ascensores de madera. Imprescindible visitar el salón esmeralda y tomarse un café.
Otros lugares de interés son la galeria Strassmayer, el Pabellón de Arte y el Jardín Botánico.
No dejes Zagreb sin comprar el corazón croata, y si necesitas una corbata estás en el lugar ideal, fue aquí donde se inventaron!
Para subir de la ciudad baja a la alta hay que cruzar el Mercado Dolac, plantas, flores, y frutas diversas dan colorido a este curioso mercado escalonado. Y también entre la zona alta y la baja encontraras tiendas de diseñadores locales con prendas muy interesantes.
El siguiente paso después de la capital es el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, un despliegue de cascadas y naturaleza por todos los lados. Se pueden hacer varios paseos, nosotros hicimos un circuito de unas 6 horas que rodea el parque, visitando la gran cascada. Es un lugar mágico que hace que desconectes de todo.
El día que lo visitamos había una niebla baja que pensamos que nos estropearía el día. El señor que nos atendió en el centro de interpretación nos aconsejó una ruta, y si después nos quedaban ganas de andar más o mejoraba el tiempo nos dijo por donde seguir. Como el tiempo mejoró considerablemente le hicimos caso y no nos arrepentimos en absoluto.
En un punto del recorrido hay una zona de descanso con cafetería y mesas de pic nic donde tomar algo, es lo que hicimos nosotros mientras esperábamos al barco que nos acercaba hasta otro punto del parque. Allí proseguimos el paseo y lo que pensábamos que era imposible sucedió, seguimos alucinando con el entorno, cada cascada era más bonita. No paramos de sacar fotos en todo el recorrido!! Al final de todo hay unos buses que te devuelven al parking, todo muy bien organizado.
Siguiente punto de nuestra ruta, Split, preciosa ciudad a orillas del mar Adriático, en la región de Dalmacia. Es la segunda ciudad más grande de Croacia después de Zagreb. Merece la pena un mínimo de dos días en esta bonita ciudad. Split está construida a partir del monumental Palacio de Diocleciano, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Una visita al Palacio es indispensable, entrar por las antiguas puertas de la ciudad, Puerta de Oro, de Plata, de Bronce y de Hierro, es una maravilla y pasear por dentro es de cuento. El Palacio es hoy en día el centro de la ciudad y la gente vive en el interior. Diocleciano era un emperador romano que decidió abdicar y retirarse a Dalmacia, de donde provenía, para lo cual mandó construir un maravilloso palacio.
La entrada a la ciudad por la puerta del mar hace que accedas por unos túneles que, en la serie Juego de Tronos, fueron las mazmorras donde Daenerys encierra a sus dragones. Hoy repleta de puestecillos de souvenirs.
Indispensable pasear por el Peristilo, un gran patio rodeado de columnas, el corazón del Palacio. Junto a él, visitaremos la Catedral de San Domnius, antiguo mausoleo de Diocleciano. Junto a él está el campanario al que se puede subir para ver las vistas de la ciudad.
Aún se conservan las puertas principales de entrada a la ciudad, frente a la Puerta de Oro, hay una gigantesca estatua del Obispo Gregorio de Nin, no olvides frotarle el dedo del pie para tener buena suerte!
Ya fuera del Palacio hay que pasear por La Riva, el paseo marítimo de Split, es una zona peatonal, repleta de terrazas. Por la noche es una zona animada de ocio.
Al oeste de la ciudad está el Monte Marjan, aconsejamos subirlo, ya que en un agradable paseo llegas a su punto mas alto y desde allí puedes disfrutar de una vista sobre la ciudad, las islas y la zona de Kastela y Trogir.
Trogir es un precioso pueblo costero construida sobre una isla. Tiene un pequeño casco antiguo y está conectada a tierra mediante dos puentes al continente y mediante otro puente a la isla de Ciovo. Fundada por los griegos es Patrimonio de la Humanidad desde 1997, después pasaron los romanos, los eslavos, los sarracenos y los venecianos. Todos estos pueblos dejaron su huella en la ciudad. Merece la pena pasear por sus callejuelas, plazas y su pequeño paseo marítimo, admirar la catedral de San Lorenzo, el Castillo del Carmelengo junto al mar y la Torre de San Marcos, antiguamente unida al castillo y hoy en día separada por un campo de fútbol.
Nuestra siguiente parada será Sibenik, preciosa ciudad con aroma medieval. Uno de sus principales reclamos turísticos es la Catedral de Santiago, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO (a estas alturas ya os habréis dado cuenta que toda Croacia es Patrimonio Mundial, verdád?)
Junto a la catedral está la Plaza del Ayuntamiento donde podréis saborear su ambiente medieval y podéis subir hasta el castillo.
Cerca de Sibenik está el Parque Natural de Krka. Mas pequeño que los lagos de Plitvice merece una visita. Se accede desde el punto de información, allí dejas tu coche en el parking y te llevan en bus. Durante un paseo de unas dos horas por el parque, en plena naturaleza, dan ganas de bañarse en cualquiera de las siete cascadas, pero únicamente dejan bañarse en la cascada final. Recibe su nombre por el río Krka, que es el que atraviesa el parque. Dicen que esta zona esta colapsada en verano, nosotros como la visitamos en noviembre anduvimos muy tranquilos.
Siguiendo nuestra ruta llegamos a Zadar, en esta ciudad puedes disfrutar de todos los atractivos de la costa dálmata sin el agobio de las ciudades turísticas. Para conocer el casco antiguo de Zadar lo ideal es aparcar el coche y acceder por una de sus puertas de entrada. Es una ciudad amurallada, en su casco antiguo os encontraréis con los restos del Foro Romano, junto a la iglesia de San Donato, de forma circular y la Catedral de Santa Anastasia, cuyo campanario puede verse desde cualquier punto de la ciudad. Callejeando pasaréis por la plaza del pueblo donde os llamará la atención un edificio con un gran reloj, alberga el Museo Etnológico.
Después caminad hacia el mar donde están el Organo del Mar y el Saludo al Sol. El Órgano del Mar a simple vista parece un conjunto de agujeros en unas escaleras, pero este sistema de tubos interiores hace que escuchemos el sonido que producen las olas. Es muy recomendable sentarse en las escalinatas, y escuchar el sonido de las olas mientras admiramos la puesta de sol en el mar. Muy cerca está también el Saludo al Sol, un gigantesco círculo con placas de cristal que representan el Sistema Solar.
Llegamos al final de nuestro viaje, entramos en la bahía de Kvarner y visitaremos su capital, Rijeka.
Tercera ciudad de Croacia, Rijeka significa río, y estuvo bajo el dominio de muchos reinos, entre ellos los venecianos e italianos, por lo que a Rijeka también se le conoce como Fiume (río en italiano).
El centro de Rijeka es el paseo del Corzo, paseo peatonal centro de la vida de la ciudad, aquí es donde están los bares, restaurantes y tiendas de moda. La Torre del Reloj tiene una puerta o arco que al pasar te lleva a una plaza donde hay varios bares y restaurantes de moda. Nosotros cenamos en Conca D'Oro, un italiano que nos encantó.
Es curiosa la Catedral de San Vito, de forma octogonal. Paseando por La Riva se puede acercar hasta el puerto y pasear por el Molo Longo, que te da la posibilidad de ver la ciudad desde el mar.
En las afueras de Rijeka está la colina de Trsat, un lujoso barrio de la época austro-húngara, que alberga el castillo de Trsat, una antiguo fortaleza romana que hoy alberga un restaurante-café y salas de exposiciones.
Muy cerca de Rijeka se encuentra Opatija, preciosa ciudad de veraneo conocida como la Niza de los austro-húngaros, ya que la alta alcurnia austro-húngara tenía sus palacetes aquí. Incluso Francisco José I (si, el de Sisí) tenía casa aquí. La playa llama la atención porque no hay arena, es artificial, de cemento, pero a pesar de esto se puede ver y entender porque este lugar es aún elegido por los adinerados. Paseando por la costa admiraremos las maravillosas mansiones, la mayoría de ellas hoy son hoteles de lujo. Será por eso que en Opatija está la facultad de Turismo? ;)
La Ciudad Alta merece un paseo, visitar la plaza Markov, la iglesia de San Marcos y ver el cambio de guardia. Aquí está el Parlamento y la residencia de los virreyes croatas (antiguo palacio presidencial).
No dejéis de ver la antigua puerta de entrada a la ciudad medieval de Gradec, hoy parte de la ciudad-
Siguiendo mas adelante veremos la iglesia jesuita de Santa Catalina y la torre de Lotrscak, desde donde se divisa una bonita vista de la ciudad. Si queréis visitar un lugar curioso, aquí está el Museo de la Relaciones Rotas, el cual alberga objetos curiosos enviado por gente de todo el mundo. Para finalizar podemos descender en funicular a Illica, la calle comercial de Zagreb.
La vida en la Ciudad Baja está en la plaza Trg Josipa Jelacica, es el centro de todo. Está rodeada de terrazas, cafés y puestos de salchichas y cerveza. En la ciudad baja se aprecia el pasado astrohúngaro de la ciudad, jardines, palacetes y preciosos edificios con las fachadas un tanto descuidadas. No podéis dejar de visitar El Explanade, un precioso gran hotel de la época del Orient Express. Construido en 1924 para alojar a los viajeros del lujoso tren, decoración art decó, mucho mármol y escaleras y ascensores de madera. Imprescindible visitar el salón esmeralda y tomarse un café.
Otros lugares de interés son la galeria Strassmayer, el Pabellón de Arte y el Jardín Botánico.
No dejes Zagreb sin comprar el corazón croata, y si necesitas una corbata estás en el lugar ideal, fue aquí donde se inventaron!
Para subir de la ciudad baja a la alta hay que cruzar el Mercado Dolac, plantas, flores, y frutas diversas dan colorido a este curioso mercado escalonado. Y también entre la zona alta y la baja encontraras tiendas de diseñadores locales con prendas muy interesantes.
El siguiente paso después de la capital es el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, un despliegue de cascadas y naturaleza por todos los lados. Se pueden hacer varios paseos, nosotros hicimos un circuito de unas 6 horas que rodea el parque, visitando la gran cascada. Es un lugar mágico que hace que desconectes de todo.
El día que lo visitamos había una niebla baja que pensamos que nos estropearía el día. El señor que nos atendió en el centro de interpretación nos aconsejó una ruta, y si después nos quedaban ganas de andar más o mejoraba el tiempo nos dijo por donde seguir. Como el tiempo mejoró considerablemente le hicimos caso y no nos arrepentimos en absoluto.
En un punto del recorrido hay una zona de descanso con cafetería y mesas de pic nic donde tomar algo, es lo que hicimos nosotros mientras esperábamos al barco que nos acercaba hasta otro punto del parque. Allí proseguimos el paseo y lo que pensábamos que era imposible sucedió, seguimos alucinando con el entorno, cada cascada era más bonita. No paramos de sacar fotos en todo el recorrido!! Al final de todo hay unos buses que te devuelven al parking, todo muy bien organizado.
Siguiente punto de nuestra ruta, Split, preciosa ciudad a orillas del mar Adriático, en la región de Dalmacia. Es la segunda ciudad más grande de Croacia después de Zagreb. Merece la pena un mínimo de dos días en esta bonita ciudad. Split está construida a partir del monumental Palacio de Diocleciano, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Una visita al Palacio es indispensable, entrar por las antiguas puertas de la ciudad, Puerta de Oro, de Plata, de Bronce y de Hierro, es una maravilla y pasear por dentro es de cuento. El Palacio es hoy en día el centro de la ciudad y la gente vive en el interior. Diocleciano era un emperador romano que decidió abdicar y retirarse a Dalmacia, de donde provenía, para lo cual mandó construir un maravilloso palacio.
Ya fuera del Palacio hay que pasear por La Riva, el paseo marítimo de Split, es una zona peatonal, repleta de terrazas. Por la noche es una zona animada de ocio.
Al oeste de la ciudad está el Monte Marjan, aconsejamos subirlo, ya que en un agradable paseo llegas a su punto mas alto y desde allí puedes disfrutar de una vista sobre la ciudad, las islas y la zona de Kastela y Trogir.
Trogir es un precioso pueblo costero construida sobre una isla. Tiene un pequeño casco antiguo y está conectada a tierra mediante dos puentes al continente y mediante otro puente a la isla de Ciovo. Fundada por los griegos es Patrimonio de la Humanidad desde 1997, después pasaron los romanos, los eslavos, los sarracenos y los venecianos. Todos estos pueblos dejaron su huella en la ciudad. Merece la pena pasear por sus callejuelas, plazas y su pequeño paseo marítimo, admirar la catedral de San Lorenzo, el Castillo del Carmelengo junto al mar y la Torre de San Marcos, antiguamente unida al castillo y hoy en día separada por un campo de fútbol.
Nuestra siguiente parada será Sibenik, preciosa ciudad con aroma medieval. Uno de sus principales reclamos turísticos es la Catedral de Santiago, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO (a estas alturas ya os habréis dado cuenta que toda Croacia es Patrimonio Mundial, verdád?)
Junto a la catedral está la Plaza del Ayuntamiento donde podréis saborear su ambiente medieval y podéis subir hasta el castillo.
Cerca de Sibenik está el Parque Natural de Krka. Mas pequeño que los lagos de Plitvice merece una visita. Se accede desde el punto de información, allí dejas tu coche en el parking y te llevan en bus. Durante un paseo de unas dos horas por el parque, en plena naturaleza, dan ganas de bañarse en cualquiera de las siete cascadas, pero únicamente dejan bañarse en la cascada final. Recibe su nombre por el río Krka, que es el que atraviesa el parque. Dicen que esta zona esta colapsada en verano, nosotros como la visitamos en noviembre anduvimos muy tranquilos.
Siguiendo nuestra ruta llegamos a Zadar, en esta ciudad puedes disfrutar de todos los atractivos de la costa dálmata sin el agobio de las ciudades turísticas. Para conocer el casco antiguo de Zadar lo ideal es aparcar el coche y acceder por una de sus puertas de entrada. Es una ciudad amurallada, en su casco antiguo os encontraréis con los restos del Foro Romano, junto a la iglesia de San Donato, de forma circular y la Catedral de Santa Anastasia, cuyo campanario puede verse desde cualquier punto de la ciudad. Callejeando pasaréis por la plaza del pueblo donde os llamará la atención un edificio con un gran reloj, alberga el Museo Etnológico.
Después caminad hacia el mar donde están el Organo del Mar y el Saludo al Sol. El Órgano del Mar a simple vista parece un conjunto de agujeros en unas escaleras, pero este sistema de tubos interiores hace que escuchemos el sonido que producen las olas. Es muy recomendable sentarse en las escalinatas, y escuchar el sonido de las olas mientras admiramos la puesta de sol en el mar. Muy cerca está también el Saludo al Sol, un gigantesco círculo con placas de cristal que representan el Sistema Solar.
Llegamos al final de nuestro viaje, entramos en la bahía de Kvarner y visitaremos su capital, Rijeka.
Tercera ciudad de Croacia, Rijeka significa río, y estuvo bajo el dominio de muchos reinos, entre ellos los venecianos e italianos, por lo que a Rijeka también se le conoce como Fiume (río en italiano).
Es curiosa la Catedral de San Vito, de forma octogonal. Paseando por La Riva se puede acercar hasta el puerto y pasear por el Molo Longo, que te da la posibilidad de ver la ciudad desde el mar.
Aquí acabamos nuestro viaje por la zona de Dalmacia y Kvarner, qué os ha parecido? ¿Conocíais esta zona? ¿Habéis estado en Croacia? Contadnos vuestra experiencia en este maravilloso país.
